"Qué calor, solo falta que tiemble". Esta es una creencia muy arraigada en Costa Rica.
Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde la idea de que el calor tenga una influencia directa en la frecuencia o la intensidad de los temblores.
Los terremotos son eventos geológicos causados por la liberación de energía acumulada en las placas tectónicas de la Tierra, y están controlados por procesos geológicos profundos que no están relacionados con las condiciones climáticas superficiales, como la temperatura.
La idea de que el calor pueda causar o ser un indicio de que vaya a temblar, es más una creencia popular.
Dejando eso de lado, no podemos negar que nuestro país es altamente sísmico por eso es importante tener en cuenta algunas recomendaciones básicas, si esto sucede mientras estás en la Cooperativa.
Hacer una pausa, tratar de mantener la calma para evaluar la situación antes de actuar.
Alejarse de sitios peligrosos, como por ejemplo estanterías con objetos pesados que puedan caer.
Buscar salidas de emergencia y acudir al punto de reunión.
Seguir instrucciones del equipo de brigadistas.
Si se está atendiendo a un asociado o visitante, tratar de velar por su seguridad e integridad durante la emergencia.
Una vez controlada la emergencia, y que se haya evaluado que no hay caída de objetos, se puede reingresar y continuar con las labores.
Al seguir las instrucciones de evacuación y mantener la calma, se facilita una respuesta organizada y se maximizan las posibilidades de salir de manera segura.
Seguir las instrucciones y mantener la calma en caso de emergencia o terremoto es crucial para garantizar la seguridad de todos. El pánico puede aumentar el riesgo de lesiones o daños adicionales.
Además, el protocolo establecido ayuda a reducir el caos y permite que la evacuación del personal y los visitantes se coordinen de manera eficiente, hacia las zonas de seguridad designadas, minimizando así el impacto potencial de la emergencia.